El papel en blanco, la naturaleza, el silencio.

¿Cuál es nuestra pregunta?.

Así, el trabajo en los diferentes planos de nuestras emociones, la relación con una fuerza común interior.

Como el pintor de las cuevas, volver a la naturaleza, a través de ella.

De ahí la máscara, el rostro.

Me despliego, sin saber muy bien porqué, en una multiplicidad de caras, carotas.

Las carotas son el espacio dónde transito, pincel en mano, por geografías desérticas o abundantes, claras o abisales, ciegas y reconocidas.

Camino de colores y papeles que se enganchan, de palabras que vienen con un gesto, de estructuras que crecen y se borran.
Camino, al fin y al cabo, como el del cuento en el que sabes que cuándo encuentras y recoges la miga de pan reconoces que estas de vuelta a casa..la pregunta.

El ritual del trabajo me asombra con una presencia que juega, que celebra, que atestigua, que se duele, que se abre.

Aparecen pinturas con rostros que se desdoblan como dioses hindús, totems que reclaman la tierra, líneas que son sueños.
Me ayudan técnicas diversas: el barro, el cristal, la plancha, la tinta, los pigmentos.

También la impronta de estancias en la India , en África y en Turquía que se adhieren a mi obra desde muy temprano.

Me he licenciado en Bellas Artes en la Universidad Sant Jordi de Barcelona, también he asistido a los talleres de grabado de posgrado de La Llotja.

Pilar Estabanell Raventós